Volando, respirando, estoy en un circulo llamando al universo, todo tu amor ha entrado y entregado una pequeña porción del amor que me das todos los días y que no ha existido en tu corazón.
Caigo de las nueves en una cama de algodones rellena de sueños e ilusiones que se espuman por cada salto de mi mismo en mi estado de ánimo sin sentido.
Agarrados de la mano a la deriva, pensando en lanzarnos hacia lo más profundo, pensando en nuestras heridas rellenas de dulce, empalagándonos de orgullo cada vez que nos alejamos y sintiéndome y sintiéndote distante.
Amamos el cariño, y odiamos la distancia, queremos ser iguales pero nos hace diferente el alma, aún así voy a ir y seguir sin rumbo hasta que me digas lo que realmente sientas y vas a venir a verme, enamorados como siempre.
«A la deriva»
