Me alejé de a poco y también dolía,
tanto que prefería el daño y me devolví,
aunque deseaba alejarme de ti
insistía en sufrir y sufrir pero por mi.

Despertó mi consciencia un veintitrés de abril,
ese día a sangre fría me fui lejos de ti,
esa rosa tan hermosa se marchitó al instante,
no era nada hermosa, una ilusión andante.

Muy lejos de esa rosa entendí lo que pasó,
fui atrapado por el espejismo de la desesperación.
Aún tengo las secuelas de sus espinas,
pero mi libertad y mis alas volvieron a la vida.

Portafolio exclusivo de Hive - Enero 2021
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